Hay
gente que agradece la tranquilidad, y que todo a su alrededor esté bajo un
razonable control. Estadísticas como estas engrasan la tranquilidad en un país.
Viendo
las cifras, se trata de un duchazo de agua fría —que contrasta con una demanda por vivienda en el país que crece de
forma constante—. La demanda y los ingresos alentaban la producción de
unidades inmobiliarias.
El mercado
inmobiliario, que forma parte del sector construcción, sector que impulsó el
repunte del PBI en los años anteriores, ya
no será tan dinámico como antes. Los precios ya no suben lo que hace que ya
no sea atractivo para muchas constructoras ingresar al mercado. Viéndolo de
esta manera nunca
estuvimos en una burbuja inmobiliaria.
Nada está jamás lo bastante controlado,
pero debemos ser optimistas.
El
gobierno ya se puso manos a la obra para lanzar medidas que ayuden a la
reactivación de la economía: En el 2015 convergerían una serie de proyectos de
infraestructura vial, de centros comerciales y de oficinas en Lima y en el
interior del Perú. Nuevos proyectos privados de infraestructura y el impulso de
la inversión pública.
— Teóricamente cuando se habla de recesión se
dice que dura como mínimo dos trimestres sucesivos.
Se
esta aumentando el gasto aunque uno de los principales riesgos de tener un
exceso de liquidez es generar variaciones en los precios (inflación) en el
corto plazo.
—Siempre me hacen esta pregunta.
¿Bajaran los precios?
—No.
Lo
más probable es que siga habiendo una mayor demanda —no hay viviendas para las 150 mil personas que cada año se suman a la
población limeña. Cada día hay 400 nacimientos— porque una gran parte de la
clase media emergente continúa buscando lugares para vivir, y la oferta
continúa más o menos estancada. Poca oferta y aumento de demanda, suben los
precios.
Si
el PBI se recupera, como lo indica la grafica, existirá la necesidad de contar
con espacios inmobiliarios que responde a una necesidad de la economía real.
Mientras las personas desean adquirir viviendas para habitar en ellas, las
empresas requieren de oficinas, y la actividad comercial, de locales para
ofrecer sus productos al público.
—Eso sí, los precios ya no se duplicarán como
años anteriores. Señales de un mercado maduro.
¿Y por que no se construye más?
Lima
ocupa unas 80 mil hectáreas en 42 distritos.
“Se
necesitan 1,200 hectáreas al año para crecer, pero no hay dónde. Por eso
tenemos que cambiar ahora de modelo de crecimiento; se necesita una ciudad más
compacta, más densa, donde incluso la vivienda popular sea en altura. Hay que
dejar de pensar en la casita, el lotecito. Todo eso es parte de reinventar la
ciudad” —Tomado de ¿Qué
falta para tener una Lima del siglo XXI?
Hace
poco un buen amigo me comenta en su Facebook:
“Las municipalidades para abrir un
Restaurant te exigen un numero cada vez mayor de estacionamientos lo cual
apoyo. Distinto numero de estacionamientos para oficinas sin atención al
publico, distinto numero de estacionamientos para departamentos , distinto
numero para tiendas con atención a clientes etc, etc. Ya no saben que hacer
para estacionar autos por doquier, claro 200,000 autos nuevos al año vendidos
donde los meteremos… En ciudades desarrolladas se prioriza el caminar, si es
mas lejos bicicleta —yo complemento con ejemplos aquí y aquí—o
motos. Se debería premiar a los que no usan autos por las XXX (se escucha un
pitido al fondo), incluido yo, que para 6 cuadras llevo a mis hijos en auto al
colegio ocasionando una mayor congestión en la ciudad…”
Se vienen
cambios en los gobiernos municipales. Con pleno conocimiento de este nuevo
entorno, y de la importancia que las ‘mejores
prácticas’ para la gobernabilidad, nos
queda la esperanza de creer que vienen cambios en zonificaciones alineados a un
Plan
Metropolitano (PLAM 2035) y quizá
tengamos proyectos que si se realicen.
Urban
Broker.